Friday, May 13, 2011

Autobuses( y IV)

Pero no solo son los empleados de los autobuses los que se ganan la vida en ellos. Multitud de vendedores y otros negociantes los rodean y recorren antes de salir, o durante el viaje.
El autobús sale cuando se llena (no hay de que preocuparse, siempre se llena: todo funciona sorprendentemente bien al final). Mientras, uno espera sentado dentro y entonces los vendedores te ofrecen cosas por la ventanilla, suben y pasan con palanganas, sacos, neveritas, para endulzarte el viaje. Todos tienen su grito o frase preparada, y suele ser siempre igual. La entonación es importante. “Tengo rosquillas, cosa de horno, PASTEEELEEEEEEEEEES!” “Mango, mango, ciruela, mango, mango” “Aaaaaguaaaa… guaaaaaa… guaaaaaa…”. Las cosas de horno van tapadas con un paño y siempre estan calentitas. Las doñas ofrecen hasta pollo con “tajada” y ensalada, te lo meten en una bolsa de plastico y hala, a comer en el bus. Tambien se vende mucha fruta cortada y pelada. A veces traen uva y manzana (las ultimas frutas que a mi se me ocurriria comer aquí) que son un poco lo exotico aquí.
Es increible la cantidad de dulces, derivados del azucar, la fruta o la leche, que se venden aquí, incluso galletitas pequeñitas, de mil colores, y a un par de pesos la galleta. Yo me puse como regla no comprar nunca nada en los autobuses, porque caes una vez y luego caes siempre.
“Rellenitas, rellenitas de fresa y chocolate!” Te sacan del sueño a veces esos gritos, porque como ya sabeis los buses paran mil veces a coger y dejar viajeros. Suele haber vendedores en las paradas mas frecuentes, suben, hacen su recorrido y bajan en la siguiente parada. Siempre venden algo. Los centroamericanos siempre andan comiendo antojitos y tomando frescos, ¡oooh, los frescos! Ademas parece que le tienen alergia al agua, por lo que todo tipo de bebidas triunfan.
“Tengo Coca, agua helada, Rojita, que va a tomar amor? ¿Qué va a llevar chelita?” me dicen a mi. La Fanta Roja es asquerosa y ha debido triunfar en Latinoamérica. Empalagosa y nada refrescante, aun no he adivinado a que fruta quiere imitar. Es roja como la sangre, y su adversaria directa, la Rojita, de Pepsi, lleva una indiecita sonriente dibujada en la etiqueta. No se que quiere decir eso, "Nosotros no matamos indios", podria ser?
Se venden, al igual que por la calle, comidas de todo tipo y no descartamos hacer un dia varias tortillas de patata y sacarlas tambien por ahí. Pero no solo es comida lo que se ofrece, todo tipo de predicadores, gente que te cuenta alguna desgracia para que le des unos pesos o comerciantes de polvos magicos tambien se suben al principio del viaje, luego pasan la mano y bajan. Con un predicador un dia me senti realmente secuestrada, pero bueno el calor suele ayudar a dormir, si tienes la suerte de tener asiento, asi que tampoco fue mayor problema. Los que venden polvos magicos suelen empezar bien, hablando de la vida desordenada que llevamos, de lo mal que comemos, que si café, excitantes, grasas, etc. Pero luego sacan su producto milagroso y yo vuelta a dormir.

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