Tiene 4 años y nosotros, que tambien somos algo punkis (pero no tanto como ella), le hemos caido en gracia. Esta casa parece la casa de los Buendia y Valeria es como Rebeca: mordisquea las plantas, tierra, se mete a la boca conchas, “ummm, esta salado”, dice. Los mayores (que no la conocen, porque los que los que la conocen pasan de ella) le hacen gracietas, pero ella siempre vuelve la cara o pasa de largo. Es fria y elegante. Fernando le regalo una pulsera y ella dijo “haganme otra…”. A su padre le llama “ese perro” y a los niños de su escuela “mocosos hediondos”. A las otras mujeres de la casa, “zorras”, y a todos en general, “chusma”.
La madre de Valeria no esta, lleva una vida… mala, y el padre es un chulo playa, ligero de cascos e inconsciente. Valeria pasa todas las horas del dia jugando en Casa vieja, jugando con nada, porque no hay nada, no hay otros niños, no hay juguetes, no hay gente que le haga caso “Es necia y malhablada”. Solo a veces nosotros, o la hija de Candida, la empleada (que es como su propio nombre indica), jugamos con ella. Pero es difícil, porque ella te arranca de las manos lo que lleves, sobre todo objetos cortantes o cosas toxicas como detergentes, para juguetear con ellos, aspirarlos por la nariz (es cierto) o lanzarlos al aire. Valeria tiene frases para todo: “Por que llevas siempre la misma ropa?”, “Sos feo y pelon”,”Ustedes a mi no me callan”,”Dejenme un sitio para sentarme, no voy a estar aquí parada como caballo”.
Solo es una niña aburrida y que ha visto y oido cosas que no hubiera debido. Pero es una niña y le gusta llevar ropa rosa y que la pongan guapa y le hagan trenzas en el pelo, que le acompañen a la cama para dormir y tener algo que hacer durante el dia, un sitio donde correr, saltar o divertirse.
Ahora Valeria se ha ido a Matagalpa porque su padre, que estaba alojado en casa vieja, salio a tomar y se peleo con la dueña del hostal. Por eso se han tenido que ir.
Ahora nos aburrimos y Casa vieja se ha quedado vacia.
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